La intervención propuesta deseaba evitar que el nuevo edifico se apreciase como una nueva pieza unida al edificio existente. Así pues, se proyectó un edifico que se adheriese al existente, dando la impresión de que ambos formaban un sólo edificio, creando un un elemento volumétrico más complejo. La estrategia para conseguirlo fue la de seguir completando el actual edificio existente con una nueva serie de volúmenes de forma regular que compusieran, a modo de juego de construcción, gigantescas formas geométricas del doctor Froebel.
El edificio no disponía de un espacio o núcleo de comunicación que articulase con claridad la relación entre todas las plantas. Por este motivo se creó un gran vestíbulo vertical que unificase todas las plantas del edificio, desde la planta baja hasta la planta superior, mediante una nueva escalera que actuase como un elemento escultórico y orientador, sirviendo como punto de referencia.
La propuesta de la fachada indica con claridad el nuevo acceso al edificio y le otorga una imagen de representatividad. La fachada actúa al mismo tiempo como elemento que aprovecha las fuentes de energías naturales, mediante un sistema de muro cortina.