El edificio se incrusta en el centro urbano de Mahón en la isla de Menorca, en una zona antiguamente dedicada a la extracción de piedra y al labradío.
Rodeado de numerosas parcelaciones angostas y alargadas “trast”, la edificación es testigo de una arboleda, notablemente destacada entre la expansión rojiza de las cubiertas de teja árabe del entorno.
El proyecto se presenta como dos volumenes, dos sólidos heterogéneos encajados entre si formando una pieza irregular angulosa a vista de pájaro. Esta adición permitió una estratégica construcción por etapas, el edificio originario de “Telefónica” por una parte, el propio edificio proyectado y la plaza interior.
El nuevo volumen de líneas rectas y hormigón presenta una sobriedad contemporánea que provoca, a simple vista, la ruptura de ambas piezas encajados a la vez entre si.